¡Shalom hermanos y hermanas!
Según una visión del 27 de diciembre de 2023, la Corona de Alaha (Dios) contiene varias joyas, pero sobre todo tres grandes joyas en particular que representan: 1) la Ley Mosaica, 2) el Hijo de Alaha, y 3) la vida eterna en presencia de Mar-Yah que son conocidas como la Corona de Alahas. Cada joya tiene un significado distintivo que corona a Alaha Todopoderoso.
La Ley Mosaica (principalmente los Diez Mandamientos), otorgada a los Israelitas a través del santo profeta Moisés, es un pilar fundamental de la Corona de Alaha. Está consagrada en la Torá (de Génesis hasta Deuteronomio), donde Alaha imparte Sus preceptos a Su pueblo elegido. La Torá (la Ley) proporciona un camino recto, que guía al pueblo de Alaha hacia la adoración pura y una moralidad adecuada. El rey David dijo: “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino”. (Salmo 119:105) Los Mandamientos iluminan así nuestro caminar con Yeshúa, arrojando luz sobre el camino virtuoso para caminar ante nuestro Creador.
Yeshúa, el Hijo de Alaha, representa otra joya radiante en la Corona de Alaha. Las Escrituras del Nuevo Pacto (el Nuevo Testamento) revelan la manifestación encarnada de la divinidad en la forma del Hijo. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Alaha al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna”. El amor sacrificial manifestado a través de la obra redentora del Hijo fue parte del plan de Alaha para la salvación de la humanidad. En la epístola a los Hebreos leemos:
“6 Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice:
“Adórenle todos los ángeles de Alaha”.
7 Ciertamente de los ángeles dice:
“El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llamas de fuego”.
8 Mas del Hijo dice:
“Tu trono, oh Alaha, es por el siglo del siglo;
Cetro de equidad es el cetro de tu reino”.
9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad,
Por lo cual te ungió Alaha, el Alaha tuyo,
Con óleo de alegría más que a tus compañeros”. (Hebreos 1:6-9, Reina Valera 1960)
La vida eterna en presencia de Mar-Yah corona la tríada con una gloria celestial. Esta comunión eterna con el Creador es una promesa y una culminación de nuestro caminar por el sendero angosto. Como dice el Salmo 16:11: “Tú me mostrarás el camino de la vida. En Tu Presencia hay plenitud de alegría. En Tu diestra hay placeres para siempre”. La Corona de Alaha se extiende más allá de los límites temporales, introduciendo a los discípulos consagrados de Yeshúa al reino de la comunión eterna con El Shaddai (el Alaha Todopoderoso).
La Corona de Alaha nos llama a aferrarnos a la sabiduría de la Torá, al amor del Hijo y a la esperanza de la comunión eterna mientras ascendemos al mundo venidero por la corona celestial que nos espera.
30 de Diciembre 2023
English:
Shalom brethren!
According to a vision on 27 December 2023, the Crown of God contains several jewels, but three large jewels in particular representing: 1) the Mosaic Law, 2) the Son of God, 3) eternal life in the presence of Mar-Yah are all referred to as the Crown of God. Each jewel holds distinctive significance that crowns Almighty God.
The Mosaic Law (primarily the Ten Commandments), bestowed upon the Israelites through the holy prophet Moses, stands as a foundational pillar in the Crown of God. It is enshrined in the Torah (Genesis through Deuteronomy), where God imparts His precepts to His chosen people. The Torah (Law) provides a righteous path, guiding God’s people towards pure worship and proper morality. King David said, «Your word is a lamp to my feet, and a light for my path.» (Psalm 119:105) The Commandments thus illuminates our walk with Yeshua, casting light on the virtuous way to walk before our Creator.
Yeshua, the Son of God, represents another radiant jewel in the Crown of God. The New Covenant Scriptures (New Testament) unveils the incarnate manifestation of divinity in the form of the Son. John 3:16 says, «For God so loved the world, that he gave his one and only Son, that whoever believes in him should not perish, but have eternal life.» The sacrificial love exhibited through the Son’s redemptive work was part of God’s plan for humanity’s salvation. In the epistle to the Hebrews we read:
And again, when he brings the first-born into the world, he says,
“Let all God’s angels worship him.”Of the angels he says,
“Who makes his angels winds,
and his servants flames of fire.”But of the Son he says,
“Thy throne, O God, is for ever and ever,
the righteous scepter is the scepter of thy kingdom.
Thou hast loved righteousness and hated lawlessness;
therefore God, thy God, has anointed thee
with the oil of gladness beyond thy comrades.” (Hebrews 1:6-9, NRSV)
Eternal life in the presence of Mar-Yah crowns the triad with a celestial glory. This eternal communion with the Creator is a promise and a culmination of our walk upon the narrow path. As Psalm 16:11 says, «You will show me the path of life. In your presence is fullness of joy. In your right hand there are pleasures forever more.» The Crown of God extends beyond temporal boundaries, ushering consecrated disciples of Yeshua into the realm of everlasting fellowship with El Shaddai (God Almighty).
The Crown of God calls us to take hold of the wisdom of Torah, the love of the Son, and the hope of eternal communion as we ascend to the world to come for the heavenly crown that awaits us.
30 December 2023